El joven historiador israelí Yuval Noah Harari (autor de libros tan exitosos como "Sapiens"), a través de su nueva creación literaria "Homo Deus", nos impacta con sus hipótesis acerca del porvenir de la raza humana.
¿Habrá evolución? Eso es algo innegable, pero ¿hasta qué punto evolucionar puede favorecer a la humanidad?
"Solo unos pocos saldrán beneficiados", nos respondería posiblemente Yuval Noah Harari si tuviésemos el placer de conocerlo. Es ésta la idea que, a lo largo de toda su obra, quiere dejar clara al lector: la evolución del ser humano garantiza una involución para la gran mayoría.
Pero, ¿por qué una mejora en la humanidad, en parte gracias a la tecnología, iba a ser nuestra perdición? Es muy sencillo, basta con leer alguna de sus palabras en la entrevista , donde explica, entre otras cosas, cómo y porqué estarán en peligro valores como la libertad, los derechos humanos o la democracia:
"Las ideas fundamentales de las democracias liberales con las que estamos familiarizados, como "un hombre un voto", en un mundo con castas biológicas, ciborgs e inteligencia artificial pueden quedar completamente obsoletas. Los superricos podrán conseguir para sí mismos o para sus hijos capacidades que les harán superiores a la población media, que no podrá competir, y la brecha se hará cada vez mayor".
Podríamos decir entonces que son, y serán, las divisiones y diferencias entre las clases sociales las que nos llevará directos al gran desastre. Nuestro escritor explica que el cambio vendrá dado de gestos insignificantes y voluntarios de la mano de la clase obrera. No existirá un poder dictatorial que nos obligue a hacerlo. Será nuestra ignorancia e ingenuidad las que hagan todo el trabajo. Esto se comprende a la perfección con los ejemplos que propone Yuval. Que Amazon nos recomiende artículos o seguir instrucciones que nuestros smartphones nos sugieren, son detalles que a la larga irán en aumento, y en poco tiempo la tecnología (algoritmos) tomará decisiones por nosotros, y aún mejores.
Así es como poco a poco la humanidad irá perdiendo importancia. ¿Médicos? ¿No será mejor una aplicación que me controle las 24h del día y me avise de los síntomas de enfermedades que puedo empezar a padecer?¿O que hay de los profesores de autoescuela?¿y los autobuseros?¿los taxistas? Poco tiempo durarán cuando dentro de 20 años todos los medios de transporte estén automatizados. Ocurrirá con todas y cada una de las profesiones, como la nuestra, que no aporten nada al nuevo mundo tecnológico. Solo habrá lugar para la novedad y lo creativo.
Yuval, tanto en su libro como en su entrevista, viene a dejar un oculto mensaje para las nuevas generaciones: debemos concienciarnos de que este futuro es posible y previsible (así como también evitable) y que, posicionarnos en el bando a favor de las TIC´s, es la decisión más inteligente que podemos tomar en nuestro beneficio. No estamos hablando de dejar que nos absorban, si no de sacar partido a nuestras ideas y a nuestros proyectos gracias a ellas. Aliarnos y trabajar en equipo, conjuntamente. Favorecernos ambas partes sin llegar al dataísmo (situación en la que un algoritmo te entiende mejor que tú a ti mismo) del que tanto habla nuestro protagonista.
Es por eso que, tal vez, una de nuestras misiones como docentes sea reforzar esos valores que están supuestamente predestinados al olvido para que nuestros alumnos puedan ser personas con criterio y con derechos, tal y como lo somos nosotros y lo fueron nuestros antecesores. Enseñarles un correcto uso de la tecnología y advertirlos del futuro caótico con el que pueden llegar a encontrarse. Debemos profundizar en lo ético, en lo moral, para llegar al punto en el que la igualdad entre todos los seres de este planeta sea el objetivo central de cualquier persona que pase por nuestras manos.
Todavía estamos a tiempo de hacer las cosas bien y de hacer éste un mundo mejor. Solo tenemos que dejar de tenerle miedo a aquello que nos puede dar las llaves de la libertad.
¡Tecnología sí, pero con sentidiño!
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