Vivimos en una sociedad de contínuos cambios, llamada sociedad del conocimiento y de la información, en donde las tecnologías son protagonistas en todos los ámbitos; empresarial, burocráctico, etc. y además los beneficios que proporcionan el uso de las mismas se hacen incuestionables.
Por poner dos ejemplos de actividades que nuestros padres realizaban de forma diferente a como las realizamos en la actualidad, siendo la diferencia la tecnología, encontramos infinidad de ellas, pero sin duda las más llamativas, en lo que a mi parecer se refiere son:
Ejemplo 1: Nuestros padres asistían "físicamente" a las reuniones de trabajo.
Nosotros podemos asistir desde cualquier lugar:
Ejemplo 2: Nuestros padres para hacer la compra necesitaban tiempo, desplazamientos y dinero en efectivo:
Nosotros no necesitamos a penas tiempo, ni tampoco desplazarnos, ni dinero en efectivo:
Si ahondamos
en las diferencias de estos dos ejemplos, encontramos una clara diferencia en
cuanto a lo que los autores llaman las barreras espacio-temporales, barreras
que siguiendo a Marqués (2006) desaparecen creando escenarios más atractivos,
interesantes y flexibles, ya no existen limitaciones de este tipo y además, se
aumenta exponencialmente la información a nuestro alcance.
Analizadas
las diferencias entre los dos ejemplos de actividades, hechas por nuestros
padres y como las hacemos en la actualidad, es necesario aclarar que nosotros
necesitamos competencias que nuestros padres no necesitaban.
Las
competencias son, en el plano educativo, según Monereo (2005) el conjunto de
capacidades que permiten al alumnado enfrentarse a los retos de la sociedad de
la información, del conocimiento y aprendizaje, que implican, autonomía,
eficacia, responsabilidad, crítica y reflexión en la búsqueda, selección, uso y
valoración de las herramientas tecnológicas.
Es necesario pues adquirir competencia
digital, siguiendo a Montes (2010) al revisar la legislación en España a
este respecto, encontramos la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, que recoge la
necesidad de desarrollar aptitudes necesarias para la sociedad del conocimiento
y garantizar el acceso a todos y a todas. Así el Real Decreto 1513/2006, de 7
de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación
Primaria, establece el tratamiento de la información y competencia digital como
una competencia básica de la Educación Primaria.
Por tanto tal y como señalan Ávila y Tello (2004) en
su investigación, la sociedad actual demanda cambios en los sistemas
educativos, que promuevan experiencias innovadoras en los procesos de
enseñanza-aprendizaje apoyados en las TIC. Para que se produzcan estos cambios
es necesario según Echevarría (2001) un nuevo sistema educativo ya que, se
utilizarán nuevos escenarios y materiales específicos (online), nuevos métodos,
entre otras necesidades y habrá que formar educadores especializados en
didáctica de redes.
Es incuestionable por tanto, que una sociedad como la que el historiador israelí Yuval Noah Harari en su entrevista a "El Periódico" describe, una sociedad de base tecnológica, en la que como él expone existirá una élite minoritaria de poderosos y el resto de la humanidad seremos innecesarios, como ya ahora lo somos, que se demuestra en el desinterés de los Estados en nuestra sanidad, educación, etc. Esto es así porque ya no somos tan necesarios y ni lo seremos en unos 20 o 30 años debido a la tecnología.
Por ende necesitamos un tipo de educación, en mi parecer, creativa. Una educación que nos ayude a estar preparados y preparadas para los contratiempos que se avecinan, en una sociedad que en palabras de Zigmunt Bauman es líquida. La escuela debe formarnos para hacer frente a los problemas que se nos planteen de forma creativa. Una educación creativa, ayudará a tener un pensamiento divergente, que nos haga resolver los problemas mediante alternativas o posibilidades creativas y diferentes, para así facilitar al mundo de cambios del futuro.
Al igual que Yuval Noah Harari autores como Popper, Bourdieu, Sartori también señalan que la tecnópolis terminará por convertirse en una tecnocracia totalitaria, donde todo se reducirá a la eficiencia técnica, mientras se suprimirán todo tipo de debates sobre fines y elecciones morales, por tanto y según como Del Val (2000) propone, uno de los grandes desafíos de la escuela es reforzar su papel de enseñar a pensar de manera crítica y favorecer la autonomía de las personas.
Es incuestionable por tanto, que una sociedad como la que el historiador israelí Yuval Noah Harari en su entrevista a "El Periódico" describe, una sociedad de base tecnológica, en la que como él expone existirá una élite minoritaria de poderosos y el resto de la humanidad seremos innecesarios, como ya ahora lo somos, que se demuestra en el desinterés de los Estados en nuestra sanidad, educación, etc. Esto es así porque ya no somos tan necesarios y ni lo seremos en unos 20 o 30 años debido a la tecnología.
Por ende necesitamos un tipo de educación, en mi parecer, creativa. Una educación que nos ayude a estar preparados y preparadas para los contratiempos que se avecinan, en una sociedad que en palabras de Zigmunt Bauman es líquida. La escuela debe formarnos para hacer frente a los problemas que se nos planteen de forma creativa. Una educación creativa, ayudará a tener un pensamiento divergente, que nos haga resolver los problemas mediante alternativas o posibilidades creativas y diferentes, para así facilitar al mundo de cambios del futuro.
Al igual que Yuval Noah Harari autores como Popper, Bourdieu, Sartori también señalan que la tecnópolis terminará por convertirse en una tecnocracia totalitaria, donde todo se reducirá a la eficiencia técnica, mientras se suprimirán todo tipo de debates sobre fines y elecciones morales, por tanto y según como Del Val (2000) propone, uno de los grandes desafíos de la escuela es reforzar su papel de enseñar a pensar de manera crítica y favorecer la autonomía de las personas.
Como conclusión, la institución educativa se enfrenta hoy día al gran
desafío de orientar el acceso de los sujetos a la Sociedad de la Información,
de manera justa y equitativa. Y de este modo, capacitar a las nuevas
generaciones para ser competentes en su día a día y competentes para guiar su propio devenir y el de la humanidad, porque como Yuval Noah Harari expone, existen maneras de poder cambiar nuestro futuro, para ello necesitamos una buena educación, que nos haga capaces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario